Hoy en día nos encontramos con niños que no tienen tolerancia a la frustración, pero exactamente qué queremos decir cuando decimos que no tienen tolerancia a la frustración? Nos referimos a niños, adolescentes y hasta adultos que no pueden aceptar un NO como respuesta o cualquier situación limitante que se le parezca. Aquí es cuando podemos observar berrinches, pataletas, conductas explosivas o fuera de lo esperado o considerado normal y habitual en la persona.
Como padres queremos darles todo a nuestros hijos, que no les falte nada e incluso aquello que nosotros no pudimos tener cuando fuimos niños, pero esto a veces conlleva a niños que lo tienen todo, lo que desean lo tienen y cuando no lo tienen es cuando nosotros como padres tenemos un problema, nuestro hijo se enoja y deviene su conducta inadecuada (pataleta, agresión verbal, etc)
Es por ello que es importante que los padres o educadores cercanos empiecen a trabajar y fomentar desde que son pequeños la tolerancia a la frustración, ya que no todo en la vida es color de rosas y si no trabajamos a tiempo nos vamos a encontrar a futuro con adolescentes y adultos vulnerables al dolor emocional, impulsivos y con dificultad a adaptarse a entornos cambiantes.
Desarrollar la tolerancia a la frustración es desarrollar resiliencia (la capacidad de los seres humanos para adaptarse positivamente a situaciones adversas y salir fortalecido de estas experiencias) y la capacidad para afrontar y superar los problemas, ya que en la vida de cualquier persona siempre nos vamos a encontrar con situaciones que no sean agradables, ni fácil de transitar y para ello debemos preparar a nuestros hijos, de modo que sepan afrontar las diferentes experiencias que les toque vivir.
Entonces como papas a veces nos preguntamos ¿Cómo puedo desarrollar la tolerancia a la frustración en mi hijo? Es por ello que es importante:
Poner limites claros y firmes
Poner limites que sean claros y firmes a nuestros hijos no significa ser autoritario, es un acto de amor y sumamente necesario, ya que debemos hacerles entender que ciertas cosas tienen sus reglas y no podemos trasgredirlas y que los actos que realizamos (los buenos y malos) tienen consecuencias. En la vida diaria y en otros contextos se van a encontrar con estos limites impuestos de afuera y si no les enseñamos que deben acomodarse y respetar los mismos nosotros como papas los estamos conduciendo en el camino de la frustración.
Fomentar el autocontrol
Auto, que proviene del griego, significa por sí solo. Y control, significa dominio o mando. Es decir, autocontrol sería el mando sobre uno mismo, el dominio que se puede ejercer por sí solo.
La adaptación al medio es un proceso de aprendizaje y como padres y madres tenemos que aprender a regular y equilibrar, ya que los hijos e hijas no nacen con los recursos ya preparados para poder llevarlo a cabo. Es por ello que debemos fomentar la regulación de la conductas en nuestro hijo cuando algo sale del plano de lo esperado para ellos.
Como padres somos el mejor ejemplo y herramienta para modelar el autocontrol. La forma mas efectiva es mediante el propio autocontrol emocional, las personas tenemos en nuestro cerebro un mecanismo de imitación para el aprendizaje conocido como «neuronas espejo». Estas neuronas tienen la función de imitar el comportamiento de las personas que están a nuestro alrededor con la finalidad de aprender de ese entorno. Por esto mismo, si ante determinadas situaciones nosotros somos capaces de tener autocontrol, estaremos dando el mejor ejemplo a nuestros hijos.
Educar con valores
Es importante que eduquemos a nuestros hijos con valores como el respeto y el esfuerzo. El respeto a si mismo y a los demás. Un valor como el respeto es algo que empieza desde la casa de cada niño, ya sea de cómo como papas nos dirigimos a nuestros hijos/as,en la forma en la que le tratamos y cómo le hablamos, cómo los escuchamos, aceptamos sus opiniones. No debemos olvidar que somos su mayor ejemplo y que ellos nos observan todo el tiempo y es de nosotros de quienes aprenden la mayoría de sus conductas.
Fomentar la perseverancia
La palabra perseverancia viene del latín “perseverantia” (constancia, insistencia). Es bueno enseñar a nuestros hijos a que si fallamos en algo debemos volver a intentarlo y que fallar no está mal, ya que todos fallamos alguna vez y es parte de los aprendizajes, de hecho, para ser buenos en algo hay que volver a intentar muchas veces.
Aprender de la Frustración
Es bueno fomentar la autoreflexión en nuestros hijos y aprovechar las oportunidades para aprender cosas nuevas, ya sea de experiencias placenteras o de aquellas que son difíciles para los niños. De estas ultimas son de las que mas aprendemos, de los errores o cuando algo no sale como esperábamos.
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